El reciclaje de PET y aluminio se ha convertido en una práctica esencial dentro del manejo de residuos sólidos urbanos. El PET, utilizado en la fabricación de botellas plásticas, y el aluminio, común en latas de bebidas, son dos materiales de uso masivo que pueden ser reciclados múltiples veces sin perder calidad. Sin embargo, gran parte de estos residuos termina en vertederos o, peor aún, contaminando ríos, mares y suelos. El reciclaje permite transformar estos materiales en nuevos productos, como textiles, empaques o nuevas botellas, reduciendo así la extracción de recursos naturales y el consumo de energía. Para que este proceso sea efectivo, es fundamental la separación adecuada de los residuos en el hogar o en la escuela. Además, muchas comunidades han empezado a implementar centros de acopio o incentivos económicos para fomentar esta práctica. Reciclar no solo ayuda al medio ambiente, sino que también puede generar empleo e ingresos para muchas personas. Es una acción sencilla que representa un paso grande hacia una sociedad más sostenible.